Las playas más salvajes

Las playas más singulares y paradisíacas de Lanzarote son las conocidas como «playas de Papagayo». Una serie de bellísimas calas de arena blanca y aguas turquesa, que bordean el litoral sur de la isla. Puerto Muelas, Playa Mujeres, Caleta del Congrio o Papagayo son algunas de ellas.
Están en un área protegida a sólo diez minutos de Playa Blanca y para llegar hay que atravesar un tramo de carretera no asfaltada. La zona no ha llegado a ser urbanizada porque es una reserva natural y eso le da un sabor salvaje, alejado y tranquilo. Visitar Papagayo se convertirá en una experiencia que siempre recordarás.
Se puede pasar de una cala a otra, a través de las rocas en un largo paseo por la orilla y es recomendable llevar gafas y tubo para ver los fondos cristalinos y los peces. Hay que ir preparado porque no es fácil encontrar un lugar donde comprar agua fresca o comida. Sólo existe un pequeño chiringuito para tomar algo en la cima de la cala principal.
Lo mejor es disfrutar del sol y del baño y luego pasar la tarde en el puerto deportivo de Marina Rubicón donde hay terrazas llenas de encanto para disfrutar de la tarde o cenar en uno de los restaurantes de primera calidad que hay en el mismo puerto.